jueves, 19 de marzo de 2009

REFLEXION SOBRE EL HOMBRE

En un campo de concentración, en donde se encuentra recluido un médico psiquiatra, se viven situaciones crueles e inhumanas que pueden desencadenar en las personas, que permanecen allí, traumatismos que en determinados momentos pueden desencadenar suicidios colectivos. Los trabajos forzados, la falta de vestidos adecuados, la mala nutrición, la soledad, la falta de comunicación, hacen de estos campos un lugar propicio para quienes se encuentren allí no tengan una razón valida para seguir viviendo y prefieran en determinados casos la muerte.
En medio del dolor y la desesperación, el médico al evocar el recuerdo de su esposa encuentra una razón para seguir viviendo. Está razón le permite enfrentarse aun a situaciones difíciles como: los guardianes personas crueles y brutales; aunque el médico recuerda que en algún momento uno de ellos muestra un rasgo de generosidad y le ofrece un trozo de pan, es cuando se da cuenta que no todo está perdido en los seres más duros. En determinados momentos suele aflorar un sentimiento noble.
La situación que se vive en este sitio Auschwitz es cruel pero se lleva a cuestas ya que no hay otra alternativa. Pues la situación que deben afrontar estas personas es de total desasosiego y falta de sentido, las paredes que los encierran los cubren exterior y más aun interiormente debilitando cualquier esperanza si quiera de salir, y, aunque se diera esa esperanza de salir, en el momento en el que recobren la libertad, encontraran que no hay nadie para esperarlos ya que todo lo han perdido. En este momento el médico, ante tal situación afronta una idea a realizar, surge en él, lo que se llamará más tarde la logoterapia y que consiste en lograr que estas personas en medio de su problemática encuentren una razón no sólo para no suicidarse sino para seguir viviendo y dejar de está experiencia tan dolorosa cualquier fruto.
Cuando el médico encuentra un paciente en el colmo de la desesperación le pregunta, por qué no se ha suicidado, y de allí saca pautas para su tratamiento. Tratamiento a través de lo que comunica el paciente, de sus experiencias vividas-extremas o al límite, logrando demostrar que no todo está perdido y que siempre habrá una razón para seguir viviendo.
No sólo en situaciones que viven las personas que dejan un campo de concentración se encuentra el hombre con situaciones extremas. La vida cotidiana también enfrenta al hombre a confrontarse con su sentido. Claro que en muchas situaciones adversas en la vida de los seres humanos existen momentos dolorosos, que por sí mismos no pueden resolver, por tanto, deben encontrar en otros la ayuda necesaria para ver que no todo está perdido y que en cualquier momento puede llegar a aparecer un rayito de luz que permita ver que siempre hay una sentido para seguir viviendo.
En situaciones dolorosas y traumáticas, es el individuo el primero que debe poner de su parte para salir adelante. Pues si bien, el terapeuta lo puede ayudar pero sin el trabajo individual del afectado sería una misión imposible; es el paciente que con fuerza de voluntad y decisión puede encontrar nuevamente una razón para seguir viviendo. Vivir con sentido.
BEATRIZ CASTELLANOS

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